lunes, 7 de octubre de 2013


SOBRE LA VIOLENCIA ENTRE HINCHAS

Está muy de moda en estos días en Colombia la controversia sobre las medidas para controlar las agresiones entre hinchas. Antes que se enconara el escándalo, yo mismo veía con preocupación como cada fecha de partidos de fútbol de la liga Colombiana era un balance de goles, empates y de.... muertos.
Para contrarrestar esta violencia el fin de semana pasado hubo partidos que se jugaron de blanco y se manifestaron diferentes voces, abierta y simbólicamente, frente a esta lucha de "desadaptados".
Creo que al debate le hace falta algo de análisis y es lo que pretendo ofrecer a continuación.

LA NECESIDAD DE AFILIACIÓN, INHERENTE AL SER HUMANO

Todos los seres humanos, desde que lo somos, necesitamos de figuras con quien identificarnos. Hay quienes convierten "el ser hijo de Dios" como la fuente máxima de integración y sentido de existencia. Otros lo logran perteneciendo a clubes sociales, a la práctica de deportes, a grupos políticos. Incluso para los individuos que no consiguen en el mercado formal una forma de pertenencia, de identificación, optan por crear sus propias subculturas: los emos, los punk o los otroras hippies son formas en que el ser humano intenta pertenecer en una cultura, ser incluido, ser escuchado, ser visto y tenido en cuenta.
Quien no encuentra un grupo humano con quien identificarse puede estar, literalmente, al borde de la locura, pues es el contacto y la relación con el otro lo que me hace tener conciencia de la identidad propia.


EL CASO DE LOS HINCHAS "DESADAPTADOS"

Todos los casos de muertes por violencia entre hinchas de equipos suceden entre personas de bajo nivel socioeconomico, de barrios marginales y de familias fracturadas o disfuncionales.
Con quien se puede identificar, con quien se puede sentir acompañado y entendido un adolescente o joven en circunstancias tan difíciles?
Con la profesión... no la tienen. Tal vez en el cálido ambiente familiar encuentre su sitio para ser escuchado y tenido en cuenta. Me temo que esta ultima tampoco está disponible. ¿Tal vez con un partido político? tampoco. En fin, nos damos cuenta que estos jóvenes se encuentran en barrios donde es muy difícil encontrar espacios donde se le escuche, se le brinde la posibilidad de ser y existir bajo unos códigos sociales que sean satisfactorios para el ser humano.

Entonces viene el fútbol y llena ese espacio. El futbol llena un espacio vital que la sociedad no le ofrece. Ahora por lo menos tiene un equipo al cual afiliarse. Sus conversaciones giran en torno a sus jugadores y equipo preferido. Tiene la gorra, la camiseta, su póster, sus himnos y ademas, mucho mas importante, tiene otras personas que comparten su afición. Allí encuentra hermandad. Allí es escuchado. Allí vive alegrías colectivas cuando su equipo gana, y encuentra consuelo cuando sucede lo contrario. Allí encuentra tema de conversación, de controversia. !Hay un tema común! Hay un elemento que une y da sentido a la vida.

EL PAPEL DE LOS MEDIOS

Pero si estos jóvenes encuentran esta forma de agruparse, de darle sentido a su existencia, los medios de comunicación y las estrategias de mercadeo de los magnates del fútbol tienen sus propias herramientas para exacerbar tales sentimientos y cumplir mas cabalmente esta afiliación nociva en tanto que para estos pobres muchachos ese deporte se convierte en el mas completo laso que les une a la vida y a la sociedad.
Ellos ven como los periodistas deportivos casi arrancan sus gargantas cuando se canta un gol. Ve incluso peleas y disputas por el micrófono donde muchos comentaristas deportivos han convertido este aparato en un cuadrilátero.
Peor aun, encuentra que la televisión transmite su partido. Imagínense que televisaran a nivel nacional la misa a la que usted asiste, o divulgaran por el mismo medio el encuentro de profesionales al cual usted pertenece. !Se sentiría muy extasiado!. !A donde yo pertenezco es muy importante!
Radio, televisión, controversias radiales en torno a mi equipo....!Mi gorra, mi camiseta... mi equipo del alma! !Cantemos todos el himno de nuestro equipo! !Todos, todos al estadio! Mi equipo, al que pertenezco, al que pertenecen mis amigos, el mismo que tiene hinchas en todo el país....!ese es mi equipo! y por lo tanto, el otro, el que no es de mi equipo, ES UN ENEMIGO.

El que no piensa como yo, no es digno de estar conmigo. Lo curioso es que lo mismo pensaban los Serbios y los Croatas. Lo curioso es que lo mismo piensan los musulmanes de los cristianos, los cristianos de los ateos. También los comunistas empedernidos odian a los que promueven la economía de mercado. También Dios y el diablo se odian mutuamente, pues ambos son hinchas de "equipos" diferentes...

PALABRAS FINALES

Entonces, mas allá de tratar a estos muchachos como desadaptados, hay que entender la problemática que viven y conocer las razones por las cuales una camiseta del equipo contrario se ve como un enemigo real y potencial.
La verdadera solución al problema, visto desde esta óptica, está en hallar para estas comunidades una forma diferente de integrarse a la sociedad. La educación, la integración social y familiar pueden ser buenas herramientas. Si estos jóvenes se sienten parten de la sociedad, se sienten escuchados en otros espacios por fuera de las canchas los equipos de fútbol probablemente empezarán a ver que la vida tiene otras facetas. Pero es necesario que se le brinden los elementos para que puedan acceder a otras significaciones de la vida: el arte, el trabajo, la profesión, la política (todas ellas por fuera del alcance de un hincha homicida).

Si esto no se hace, me temo que la maquina para captar la huella de quienes entran al estadio no va a servir de mucho.

Lástima, se va a perder esa platica.